PERSPECTIVA EN EL
ENFOQUE SOCIOPOLITICO O CRITICO
Paradigma: Critico, orientadas a la crítica del
poder.
La actividad de la enseñanza es una práctica social problematizadora y
generadora de conflictos, que han de ser emergidos y aprovechados como un
factor de análisis y de necesario enfoque para transformar las estructuras
globalizadoras imperantes, reencontrando los nuevos valores y devolviendo a la
enseñanza su verdadero poder transformador de resistencia y de lucha contra la
injusticia.
La enseñanza es una
actividad crítico-conflictiva, que ha de poner de manifiesto la fuerza de los poderes
y de los grupos predominantes en el marco globalizador.
La enseñanza se
enfocará a trabajar un currículo ligado a tales problemas comprometido con su
solución y abierto a una concreta intervención.
Se promueve una escuela
para todas las personas, con el reconocimiento del esfuerzo en un nuevo y
solidario espacio de comunidades de con aprendizaje.
Entre los supuestos que se requiere considerar
en la pedagogía crítica se pueden señalar los siguientes: la participación social,
la comunicación horizontal entre los diferentes actores que integran los
estamentos, la significación de los imaginarios simbólicos, la humanización de
los procesos educativos, la contextualización del proceso educativo y la
transformación de la realidad social:
- · La participación social implica concienciar a
los miembros de la comunidad educativa y
a los miembros del grupo social sobre la responsabilidad que tienen para con el presente y el futuro desarrollo de su contexto. La participación incluye el fortalecimiento del pensamiento democrático para asumir los problemas y las alternativas de solución del mismo. Participar supone estudiar las prácticas concretas de los actores comprometidos con el micropoder y el macropoder (Gramsci, 1975); analizar la hegemonía de valores provenientes de una clase social específica; ser parte del éxito como también del proceso que se lleva a cabo para lograrlo. En este marco, resurgen las prácticas cooperativas como espacios de acción social, en los que cada uno de sus miembros asume responsabilidades específicas de gestión y de consolidación de procesos autónomos.
- significación de los imaginarios simbólicos enlaza la reconstrucción histórica, sociocultural y U política de un grupo. La reconstrucción histórica porque en ésta se dirime la manera en que se han construido los comportamientos y procedimientos que se apropia un grupo social frente a una situación o fenómeno dado; porque facilita la comprensión esencial e inteligente de los procesos: la experiencia vital del hombre es comprender las propias experiencias y las circunstancias en las que se desarrollan; comprender e interpretar las condiciones materiales y la conciencia humana como base de la estructura social (Marx, 1975). La reconstrucción sociocultural, porque el proceso pedagógico incluye el discernimiento de los alcances y de las limitaciones de los estilos de vida que se encarnan en las comunidades. La reconstrucción política porque, al igual que, en los anteriores casos, las ideologías no son constructos momentáneos o esporádicos, sino construcciones pautadas por los organismos de gobierno, por la escuela, por la sociedad y por los medios masivos de comunicación. La búsqueda de significado y de sentido de las realidades y, en especial, el desbroce de la violencia simbólica,constituyen la realización del sujeto histórico (Bourdieu, 1977).
- ·
La humanización de los procesos educativos
sugiere estimular la habilidad intelectual, pero también sugiere agudizar el
aparato sensorial y cultivar el complejo mundo de los sentimientos; presume
crear escenarios en los que la colectividad tiende a autogobernarse y a auto
instituirse, tiende hacia la ruptura de la clausura institucional (Castoriadis,
2002). La educación explicita horizontes que trascienden la cátedra, recupera la
integridad orgánica del sujeto para ubicarlo en el mundo complejo de las
circunstancias sociales que envuelven los diferentes comportamientos. En este
contexto, humanizar la educación no se reduce a procesos de instrucción, sino
que también exige la reflexión, el análisis y el discernimiento de las propias
actitudes y valores; reclama la confrontación del propio actuar con el actuar
del otro para mejorar no para censurar, excluir o descalificar.
Fernández (1995) señala que un elevado número
de autores se refieren a tres formas de acercamiento a la realidad educativa,
inspirados unos, en el positivismo lógico (estructura de la racionalidad
científica), otros en la corriente interpretativa o simbólica
(hermenéuticofenomenológica) y, finalmente, la concepción socio crítica (política).
Desde la visión del último enfoque se presenta una perspectiva global y
dialéctica de la realidad educativa, una configuración democrática
participativa del proceso compartido de elaboración de conocimientos, una
posición revolucionaria y transformadora de la epistemología y en interrelación
e interacción con la realidad comunitaria, espacio fundamental para activar y dinamizar
la participación a través de las formas de trabajo social que la caracterizan y
que se asumen como medio didáctico por excelencia: una educación comunitaria
crítico reflexiva (Unzueta, 2011).
Escudero (1987, citado en Ricoy, 2006, p. 18)
considera que los presupuestos más característicos del paradigma socio crítico
vinculados a la educación son los siguientes:
·
Visión holística y dialéctica de la realidad
educativa. La educación no es aséptica ni neutral y en ella influyen las
condiciones ideológicas, económicas, culturales, etc. Que la rodean,
influenciándola de modo positivo y negativo.
·
Asume una visión democrática del conocimiento.
Todos los sujetos participantes en la investigación son participantes activos
comprometidos, que comparten responsabilidades y decisiones.
·
La investigación trata de plantearse y
generarse en la práctica y desde ella, partiendo de la contextualización de
ésta y contando con los problemas, las necesidades e intereses de los
participantes.
·
Apuesta por el compromiso y la transformación
social de la realidad desde la liberación y emancipación de los implicados. De
acuerdo con Sáez (1988) la tarea educativa exige la participación social
crítica y constructiva con el objeto de ir logrando la mejora de la situación
existente. El fin de la teoría crítica de la educación, no es la contratación
de las hipótesis con el fin de criticarlas o falsarlas para comprobar su grado
de valoración científica, sino la emancipación humana personal y social. La
teoría crítica de la educación no se tiene como objeto a sí misma para detectar
su grado de cientificidad o para prescribir acciones orientadas hacia un fin,
sino que su objeto es supra-educativo: mejorar la sociedad humana.
Se señalan las premisas más importantes de esta
concepción asociadas a la educación, dentro las cuales están:
·
Es posible construir ciencia social no
puramente empírica y no puramente interpretativa, si se reconoce que todo lo
socialmente construido, como puede serlo la educación, está comprometido con
opciones de valor.
·
El objetivo de análisis socio crítico es
desarrollar una lectura política de las relaciones entre escuela, educación,
enseñanza y sociedad, y el modo en que los condicionantes económicos y
políticos influyen en las concepciones de conocimiento, currículum enseñanza.
·
Entre estas relaciones se encuentran los
intereses de clase, que tienden hacer que la educación sirva de propósitos
reproductivos de desigualdades.
·
La razón de ser de esta perspectiva es la
transformación social, en la dirección de una mayor justicia, en la que la
igualdad de oportunidades sea un hecho entre razas, clases y sexos.
·
Un medio puede ser la investigación orientada a
un fin éticamente compensador de opresiones y condicionamientos.
·
Para el crítico no tiene sentido ignorar la
evidencia, salvo que se carezca de conciencia para apercibirse de ella.
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